Solamente



Míreme a través. Observe cómo me crece el vello, o las manos desnudas entre las dos toallas y el lavabo. Abro para que cojan aire las horquillas, las cerdas, los polvos, la cuchilla y los jabones.
Mientras, cuando usted tiende su ropa, intento una mirada que no me confirme si las aves se grabaron antes de posarse en sus muros y luego petrificarse, solo.