Obediencia

Podría subir sin escuchar a los descerebrados, si no grito les serviré siempre la sopa fría.

Si no araño las paredes, mantendré mi organismo ajeno, volveré a levantarme con los dedos invertidos, con las uñas en los nudillos, y así podré cortarles las rodajas desobedientes a su antojo.